¿CÓMO PROTEGER LOS OJOS DEL SOL?

Somos conscientes de que tenemos que proteger nuestra piel, pero no tanto de la necesidad de proteger los ojos del sol

Tomar el sol es beneficioso para nuestra salud, siempre y cuando lo hagamos con la debida protección y evitando tanto la sobreexposición como las horas del día en las que las que la radiación solar es más fuerte. Sin embargo, aunque la mayoría de las personas son conscientes del daño que puede causar el sol en la piel si no toman estas precauciones, muchas todavía desconocen los efectos dañinos que la radiación solar puede tener para su salud ocular cuando no se protegen adecuadamente los ojos.

Un 20 % de los casos de ceguera están relacionados con la exposición solar

La radiación solar provoca reacciones químicas en las células que pueden ser leves o, en los casos más graves, provocar la destrucción celular (también de la estructura del ojo).

El daño solar es acumulativo e irreversible: es muy importante saber que el 80 % de las radiaciones solares que acumulamos en la vida las recibimos durante los primeros 18 años. Por esto, aunque debemos protegernos adecuadamente del sol a cualquier edad porque sus efectos son acumulativos, los adultos debemos asegurarnos de que los niños y los adolescentes se exponen al sol en las condiciones adecuadas. Además, a estas edades los ojos todavía no están completamente formados, razón que los hace especialmente vulnerables.

Asimismo, las personas que tienen los ojos claros y las que se han operado de cataratas también deben ser especialmente cautas.

Los daños que las radiaciones solares pueden causar a los ojos son, entre otros:

• Queratitis
• Pterigion

La aparición del pterigion (crecimiento anormal del color del ojo y blanquinoso de la conjuntiva) se correlaciona con la exposición a los rayos ultravioleta. No obstante, la sequedad, la inflamación y la exposición al viento, al polvo u otros irritantes también son factores riesgo.

• Otras degeneraciones conjuntivales
• Catarata
• Degeneración macular senil
• Lesiones en la retina con pérdida de visión temporal o permanente

La observación de eclipses solares y mirar repetida o directamente el sol sin la protección adecuada puede causar ceguera irreversible.

• Cáncer en la piel de los párpados

Cómo debemos proteger los ojos del sol

• Aplica el protector solar también en los párpados y alrededor de los ojos (en el mercado hay protectores que no provocan escozor).
• Protege siempre tus ojos con gafas de sol adecuadas.
• Protege los ojos con una pamela o sombrero tupido y de ala ancha, además de con las gafas.
• Evita la sobreexposición solar.
• Evita la exposición solar de las 10 a las 15 h (es la franja horaria en la que llega más radiación ultravioleta en verano).
• Antes de los 6-8 meses ningún bebé debería estar en la playa o en lugares de mucho sol.
• Recuerda que aunque estés debajo de una sombrilla, no estás protegido: las radiaciones serán más débiles, pero te llegarán igualmente.
• Aunque utilices lentes de contacto, también es necesario que te protejas con gafas de sol.
• En la ciudad y en la montaña hay que tomar las mismas precauciones que en la playa.

Las gafas de sol deben ser las adecuadas 

Las gafas de sol no son únicamente un accesorio de moda, su función más importante es la de proteger los ojos frente a la radiación ultravioleta, disminuir el deslumbramiento y amortiguar la luminosidad solar. Y todo ello sin perjudicar la visión de los colores y el contraste de las imágenes.

Debido a la importancia fundamental que tienen las gafas de sol para la salud ocular, la legislación europea les otorga la clasificación de protección individual (EPI), lo que hace que las gafas estén sometidas a fuertes exigencias de calidad definidas por diferentes factores.

1. Filtro de protección de las lentes

2. Color de las lentes

El color de las lentes determina el tipo de luminosidad y de radiación que recibirá el ojo. Los más adecuados son el verde, el gris y el marrón.

También existen otros filtros que aumentan la protección: es el caso de las lentes espejadas, cuya superficie refleja el exceso de luminosidad, ofreciendo la máxima protección en condiciones de luz intensa.

Otro ejemplo son las lentes polarizadas: contienen un filtro especial que bloquea la luz reflejada y que solo deja pasar la luz útil, permitiendo una visión sin reflejos y con un color y contrastes naturales.

También es posible graduar la gafa de sol o añadir un tipo de lente con tecnología fotocromática, que se activa con la luz ultravioleta y se oscurece rápidamente para aclararse de nuevo al entrar en un interior.

Y, por último, hay que hacer mención a los filtros especiales para las personas que padecen alguna patología ocular:  las que han sido operadas de cataratas, las que tienen degeneración macular. Estos filtros suprimen el 100 % de los rayos UVB y prácticamente la totalidad del UVA. Además, y ante todo, combaten los efectos molestos de la luz azul, tanto la solar como la emitida por fluorescentes, ordenadores y televisores.

 3. La montura de las gafas

La resistencia de los materiales y el diseño de la propia montura (una montura de calidad) también son elementos que debemos tener en cuenta a la hora de escoger las gafas que van a proteger nuestros ojos del sol.